El presidente afgano, Ashraf Ghani, dijo que huyó del país el domingo para "evitar un baño de sangre", cuando los talibanes entraron en la capital, Kabul, poniendo fin a una ofensiva relámpago, que arreció en las últimas semanas tras la salida del país de tropas internacionales.
Combatientes talibanes entraron en Kabul. Tres fuentes talibanas indicaron a la AFP que los insurgentes tomaron el control del palacio presidencial, en el que estaban celebrando una reunión sobre la seguridad en la capital afgana.
Ghani señaló que temía que "innumerables patriotas habrían sido martirizados y Kabul destruida" si él se quedaba.
Los talibanes ganaron [...] ahora son responsables del honor, de la posesión y de la autopreservación de su país". apuntó Ghani en un mensaje en Facebook.
"Ahora se enfrentan a una nueva prueba histórica. O bien preservan el nombre y el honor de Afganistán o bien le darán prioridad a otros lugares y redes", añadió.
Ghani no indicó adónde había ido, pero el grupo de prensa afgano Tolo News indicó que podría haberse marchado a Tayikistán.
Por su parte, el ex vicepresidente Abdullah Abdullah, que encabeza el proceso de paz, acusó a Ghani de haberse ido "dejando a la gente en esta situación".